Del running al walking

Estamos en operación bikini modo ON porque el sol ha empezado ha salir y nos entra el agobio de pensar en el verano, la playa y la barriguita colgando por encima del bikini, pero pensar en salir a correr mata a cualquiera. Es ponerme el chándal y me entran agujetas de pensarlo. No pasa nada, porque aunque creamos que corriendo quemamos más calorías, no es así. Si correr te aburre, te ahoga, te cuesta más que tragarte una película con tu novio de Jackie Chan, te proponemos una solución. Caminar es una de las tendencias en rutinas del año.

Del running al walking

Pasamos del running al waling. Convence a algunas amigas y tomad la rutina de ir a caminar como unas campeonas. El Power Walking, que así se llama esta tendencia, consiste en caminar, sin más. Perder calorías caminando, eso sí, respetando las claves de frecuencia, ritmo y tiempo.  

La frecuencia re comendada es de mínimo tres días a la semana en sesiones de 45 minutos, al principio, que se irán incrementando a un ritmo del 60% de tu frecuencia cardíaca. Es decir, caminar de forma ligera pero cómoda, rápida pero sin ahogarte.

Para ello no vale ir en vaqueros con los últimos botines de zara que te sientan de maravilla, tienes que ir con una zapatilla adecuada y mantener una postura corporal correcta en todo el camino.  No deja de ser un deporte, así que ponte el chándal y utiliza la zapatilla que evite tus lesiones, que sea cómoda y se adapte al movimiento de tu pie en las posiciones de impacto contra el suelo, apoyo e impulso. Existen zapatillas especializadas para este deporte. Sí, no os riais, caminar es un deporte más, amigas.

La postura hemos dicho que también es un factor importante, y es que la posición corporal correcta será de hombros hacia atrás, no altos, sino más bien bajos, la cabeza arriba y el pecho fuera, manteniendo la mirada a unos metros de distancia, en un punto más bien alejado.

Caminar disminuye la presión arterial, así los niveles de colesterol se verán reducidos. También ayuda a la prevención de problemas cardíacos, mejora el sistema inmunitario y reduce la frecuencia de diabetes. ¡Bendito Power Walking! Y es que esto no acaba aquí, aún hay más. Tonifica el cuerpo, porque fortalece los muslos y los glúteos, para lucirlos bonitos en verano. Quema calorías y además desestresa un montón, ayuda a liberar las tensiones acumuladas de todo el día.

 

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